Resentimiento

El resentimiento es un sentimiento persistente de disgusto o enfado hacia alguien por considerarlo causante de cierta ofensa o daño sufridos y que se manifiesta en palabras o actos hostiles.

 

Características:

-Te vuelves una persona más agresiva.

-Actúas más a la defensiva.

-Eres más sensible al trato que recibes.

-Tienes pensamientos de incredulidad, es decir, sueles pensar que las personas que se acercan a tratar de ayudarte no son sinceras contigo o buscan algún provecho de ti.

-Consecuentemente, te vuelves una persona maliciosa, y desconfiada.

-Te vuelves hostil, nervioso, enojón.

-Generalmente ves el aspecto negativo de las cosas, no el positivo.

-Sueles hablar de la(s) persona(s) que te lastimó(aron).

 

Activación:

La ignorancia; La ignorancia es la primera de las causas que te conduce al resentimiento.

De las causas que llevan al resentimiento; la  frustración es la segunda causa que te conduce al resentimiento.

El Miedo; El miedo es la tercera causa que te lleva al malestar en tus relaciones. El miedo a equivocarte, el miedo al rechazo, el miedo a perder a tu pareja, el miedo, el miedo, el miedo a tantas cosas que imaginas que te pasarán con tu pareja que luego nunca acaban por pasar es lo que te van alimentando tu malestar.

El miedo enmarcado en la Psicología de las Relaciones está definido como una ilusión de tu mente de que en un futuro cercano o lejano vas a experimentar a través de tu cuerpo dolor sin placer, pérdida y ganancia o perjuicio sin beneficio.

 

Consecuencias:

Daña relaciones familiares. Si alguna vez ha tratado de mantener una relación con una persona amargada probablemente no lo has logrado, debido a que personas así están obsesionadas por sentimientos negativos en cuanto a los demás, lo que hace que sea difícil pasar tiempo con ellas.

Entorpece la vida. Es importante perdonar a los demás.

Daña el testimonio personal.

Impide el crecimiento personal. Por eso, si estás  teniendo una vida sumida en resentimiento, no puedes esperar ser feliz.

una persona que vive con resentimiento no está sana mentalmente, y no puede llevar una vida sana y buena.

 

5. Medidas:

-Descubre la fuente y causa de tu resentimiento. Identifica tus sentimientos reales y el motivo de estos. Trata de entenderte a ti mismo.

 -Reconoce tu papel en el resentimiento. En ocasiones, nos resentimos con los demás porque nos molesta el haber quedado vulnerables a salir lastimados. En el fondo, nos sentimos confundidos o avergonzados por no haber visto venir esta situación. Nos da rabia habernos relajado y confiado en alguien que nos hizo daño. En cierto modo, nos enojamos con nosotros mismos por ser humanos.

-Acepta lo que sientes. El enojo y el resentimiento son sentimientos poderosos. Muchas veces, nos hacemos más daño actuando como si dichos sentimientos no existieran o tratando de rechazarlos. El resentimiento se produce debido a que huimos de nuestros sentimientos respecto a la situación, así que los desviamos desarrollando odio o rencor hacia la persona causante de la ofensa. Debemos aceptar nuestros sentimientos para sanar.

-Habla con un amigo o una persona de confianza. Busca a alguien con quien puedas hablar y cuéntale lo que te tiene tan molesto. Hablar sobre tus sentimientos con otra persona te ayudará a ver la situación con más objetividad. Otra persona podría ver patrones en tu conducta que han sido fundamentales en lo sucedido y ayudarte a pensar en una solución. Siempre es bueno tener a alguien con quien hablar.

-Escribe lo que esa persona ha hecho para molestarte. Escribe la situación o situaciones con tantos detalles como puedas recordar; no dejes nada de lado. Una vez que lo hayas hecho, escribe los rasgos de la persona con la que estás resentido. No la insultes solo por ofenderla. ¿Es una persona ensimismada, grosera, cruel o irrespetuosa? Piensa en lo que ha hecho y piensa en qué categoría de falta de respeto encaja esto.

-Dile a la persona causante de la ofensa de qué manera te ha molestado. En algunas situaciones, cuando alguien a quien amamos nos ha lastimado, tenemos el deseo de entender por qué. Lo cierto es que entender la razón por la que alguien te ha lastimado no solucionará la situación (y es posible que la persona no sepa por qué lo hizo), pero tener una discusión sincera sobre lo ocurrido es un paso hacia la curación.

-Deja de rumiar. La rumiación se refiere a pensar en una situación una y otra vez, dejándola alejarte del momento presente y hacerte sentir de forma negativa. Es la base del resentimiento. Por lo tanto, para dejar de lado la rumiación, primero debes aprender a controlar tus pensamientos.

-Escribe las cualidades positivas de la persona que te ha lastimado. Tal vez sea lo último que quieres hacer, pero tratar de reconocer las buenas características respecto a la persona que te hizo daño es útil para seguir adelante y mirar la situación de forma más objetiva. Los seres humanos cometen errores y ninguno es del todo malo. Todos tienen buenas cualidades que vale la pena destacar, así que búscalas en dicha persona.

-Perdona. Las heridas que nos causan las personas que amamos pueden producir un impacto duradero. Sin embargo, aferrarse al resentimiento te impide sanar y mejorar. Elige perdonar a la persona que te ha hecho daño. Perdonar no significa que ella debe seguir formando parte de tu vida. Tampoco significa que debes olvidar lo ocurrido. Perdonar simplemente significa elegir liberar a dicha persona de tu enojo para liberar esos sentimientos negativos que has estado albergando. El perdón te hace una mejor persona.

-Acude a un profesional. Si tienes problemas para perdonar y dejar ir el resentimiento, necesitas buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. Aferrarse al enojo y el rencor afecta la salud mental, física y emocional. Es posible que requieras tratamiento para el control del enojo o técnicas cognitivas conductuales para ayudarte a superar la rumiación.

 

Conclusiones:

Todos experimentamos resentimiento en algún momento. Debemos comprender por lo tanto que el resentimiento es una emoción que no nos ayuda en nada. Muchas veces nos ha ocurrido que la persona que nos hizo daño, ni siquiera recuerda lo que pasó. Sin embargo nosotros seguimos pensando en ello. El perdón nos hace sentir mejor.

El perdón no es sobre la otra persona; es acerca de nosotros mismos. Mantener el resentimiento y el deseo de venganza, no nos hará ningún bien. Nos causará frustración y en ocasiones nos causará un estado de depresión.

 Aida González - 2º BHS